Y llego la tan ansiada noche del 15 de septiembre, esa que envolvía un sinfín de contrastes: incertidumbre y certeza de pasarla bien, miedo y felicidad por el motivo a celebrar. Ya me imagino las horas previas en todos los sectores de nuestro país, gobierno con el nervio, pueblo con las ganas de pasar una noche fabulosa. A fin de cuenta esa noche tendría que ser grandiosa para todos los mexicanos y creo, así fue.
Algo que particularmente me ha gustado y me llenó de emoción fue ver que por fin todos los mexicanos coincidimos y estuvimos de acuerdo en algo, eso, desde luego es el ya conocido: ¡Viva México! Esa noche al momento de gritarlo y recordarlo todos fuimos uno solo, ese que queremos ser, me refiero a un ¡Gran México!. La unidad entre la sociedad siempre ha estado, la que genera duda es la de los actores políticos, ésta vez incluso ellos participaron siendo uno solo, fue interesante ver a un senador priista (que ataca constantemente al gobierno) en palacio junto al representante del Ejecutivo. Es digno de reconocer el ligero interés por mostrarse unidos.
Continuando la celebración nos encontramos con un desfile de lujo, donde el ejército es el principal protagonista, y a raíz de esto comienzan las vicisitudes mexicanas. Me generó una sonrisa falsa ver cómo nuevamente volvían las divisiones. Encontré un comentario que particularmente me llamó la atención: “No podemos aplaudir a esos asesinos a sueldo” y así como éste hubo infinidad de críticas hacía el ejército mexicano. Desde mi punto de vista, el ejército mexicano está haciendo un gran trabajo, guiados por un presidente que muestra ganas en la lucha contra el crimen organizado, y en el muy supuesto caso, no podeos culpar al ejército de los pocos terribles sucesos en los que se ha visto envuelto. El ejército no es un asesino a sueldo, ¡todo lo contrario! Son ellos quienes están combatiendo (tal vez en contra de su voluntad) a los verdaderos asesinos a sueldo: los sicarios del crimen organizado.
Como mexicanos no podemos ser tan duros y críticos con una institución tan grande y admirable como lo es el ejército.
Ya celebramos el bicentenario pero no sólo se trata de gritar Viva México y conmemorar a los héroes, se trata de pensar en un punto de inflexión sobre éste bicentenario, de iniciar una conciencia colectiva y todos debemos aportar un granito de arena motivando a que un verdadero cambio pronto suceda. La lucha por ese México que seguramente nuestros Padres fundadores pensaron, sigue, esa inició hace 200 años ahora nos toca a nosotros esforzarnos desde nuestras trincheras, ésa es nuestra lucha. La invitación está hecha, hagámoslo.
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